sábado, 16 de agosto de 2008

Mi muñeca


Como a muchas personas les pasa mis garabatos internos se hicieron oscuros y amargos. Colapsé de miedo hace algunos meses. La cabeza que pesaba, los ojos dolían, el estómago revuelto, las manos frías, el corazón agitado y el miedo paralizador que no me dejaba moverme. Días de angustia muy difíciles. Pero la historia no es un drama porque felizmente para mí y los míos regresé libre, por primera vez libre.
En el tiempo que andaba en las cuevas del mal "encontré" a esta pobre niña que tiene dos caras, una de ojos cerrados y la otra con ataque de pánico. Esta muñequita se ha quedado en mi casa, pero ahora solo muestra su carita tierna de pestañas largas, la otra cara está en su espalda como un recuerdo de esos meses duros, pero fortalecedores. En la foto la está cargando la Ñaña el día que la conoció.

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